Gente librada al azar, surcando la noche silenciosa, la ciudad moribunda con sus calles revalzadas de basura y soledad, y de cosas que nadie va a robarse...
El sueño invadió a la mayoría, esa mayoría inmersa en la nebulosa del materialismo, que ya no recuerda como vivir el día a día, que se mueve por inercia, que ha abandonado, por resignación, la mayor parte de sus sueños por el camino.
Siento tristeza y recorro la madrugada en silencio.
Una sensacion de paz me invade y luego muta transformándose en desesperación, por no poder cambiar las cosas, por ser tan pequeño en este mundo infinito, por no saber que pasa allá afuera.
Todo esta gastado, usado y descubierto hace rato, las marcas de generaciones anteriores, sus ideales y pensamientos, su manera de ver el mundo y vivir en él, aun sobreviven.
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